Cuando un Padre Sirve, la Familia se Sacrifica

Estimados Amigos,

A medida que nos acercamos al final de este año desafiante, nuestros corazones están llenos de gratitud y con un renovado sentido de propósito. La guerra en Israel no terminó y los titulares no se habían desvanecido. Para muchas familias, solo se profundizó.

Hoy queremos presentarles a una de esas familias.

Yaron* es un esposo de 33 años y padre de un niño pequeño. Vive en Ashdod y es dueño de una pequeña peluquería; el negocio que comenzó con esperanza en enero de 2023. Después de años de vivir en Eilat, él y su esposa Hila* regresaron a Ashdod para construir una vida más cercana a la familia. Trabajó arduamente para hacer crecer su base de clientes. Cada shekel contó. Él era el único proveedor de ingresos de la familia, y su esposa se quedó en casa para cuidar a su hijo pequeño.

Luego, todo cambió el 7 de octubre.

Yaron fue llamado como reservista de combate. Como miles de otros, no lo dudó. Lo vio como una mitzvá, su deber ante Dios. Pero mientras respondió al llamado, su negocio se detuvo. Y debido a que su salón había operado durante menos de un año, no calificaba para recibir ayuda del gobierno para pequeñas empresas.

Durante tres meses, Yaron sirvió sin saber cómo se pagarían las facturas. El alquiler del salón. El costo de vida. Los gastos que se iban acumulando.

Cuando regresó, el salón estaba quieto. Sus clientes se habían ido. Una vez más, empezó de cero. Pero antes de que pudiera reconstruir, llegó otra ronda de servicio de reserva. Luego otra.

Esto se convirtió en el ritmo: servir durante tres meses, volver a casa, luchar para reiniciar el negocio, ser llamado de nuevo. Vez tras vez, tras vez.

Sin ingresos estables, Yaron y su familia tuvieron que mudarse a la casa del padre de Hila. Sus padres pidieron préstamos solo para ayudarlos a salir adelante.

A pesar de todo, Yaron nunca se quejó. Se enorgullece de servir. Él confía en que Dios proveerá. Pero el peso emocional sobre Hila y su hijo ha sido inmenso. Mientras él está fuera, ella lo sobrelleva todo: criar a su hijo, manejar las deudas, preguntarse qué noticias traerá la próxima llamada telefónica. Como tantas otras esposas de reservistas, lleva cargas silenciosas todos los días.

Ahí es donde intervino Visión para Israel.

Este año, gracias a su generoso apoyo, comenzamos a organizar sesiones terapéuticas para las esposas de los soldados de reserva. Estos son espacios seguros y profesionales donde las mujeres pueden respirar, descansar y encontrar fuerza entre otras personas que caminan por el mismo sendero.

En estas sesiones, Hila escuchó sobre otras mujeres cuyos maridos están sirviendo y enfrentando desafíos similares... cuyos hijos lloran de miedo por la noche... que tienen deudas que no pidieron. Al igual que las otras mujeres que asistían a estas sesiones, se fue sintiéndose un poco más ligera. No porque todo estuviera arreglado, sino porque sabía que no estaba sola, y que Dios había enviado ayuda.

Estas sesiones son solo una de las formas en que su donación brinda alivio. Visión para Israel está apoyando a docenas de familias como la de Yaron con:

• Cuidado emocional a través de terapias y grupos de apoyo
• Tarjetas de regalo para alimentos y artículos del hogar para aliviar la presión diaria
• Apoyo financiero y ayuda práctica para familias en crisis financiera
• Actividades para niños, ayudándoles a procesar el trauma de una manera segura y alegre

Pero necesitamos su ayuda para continuar.

El impacto de la guerra aún se está desarrollando. Todavía se hacen llamados a los reservistas. Y sus familias aún necesitan apoyo.

¿Brindarán ustedes un regalo de fin de año hoy para ayudar a más familias como la de Yaron?

Por favor envíen su regalo de fin de año antes del 31 de diciembre.

Su donación traerá sanidad, esperanza y apoyo tangible a los que quedan atrás: esposas, hijos y los héroes silenciosos que mantienen unido el frente doméstico.

Gracias para caminar con nosotros. Su compasión es una luz en esta temporada oscura.

Con afecto y agradecimiento,
Barry y Batya

*Se han cambiado los nombres