"Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón, y fui ayudado".
Salmo 28:7a
Estimado/a amigo/a:
A la sombra de los conflictos recientes, donde nuestra tierra ha sido marcada por la guerra y ha brillado por la valentía de su gente, nos acercamos no con una solicitud, sino con gratitud. Su apoyo ha sido una luz en estos tiempos de oscuridad, y por esto, decimos gracias.
Los héroes de Israel, nuestros valientes soldados y policías, entregaron sus vidas con amor y sacrificio que las palabras difícilmente pueden expresar. Honramos su memoria y expresamos nuestro más profundo agradecimiento por su valor. Son la encarnación de un amigo en hechos: vidas dadas para salvar vidas.
Nuestros corazones también están llenos de inmensa gratitud por los miembros de primeros auxilios. Aquellos que, en medio del caos y el peligro, se adelantaron para encontrar y honrar a los difuntos, sus acciones hablan mucho de su coraje y compasión.
Para los escuadrones de emergencia locales, los voluntarios que vigilaron, proporcionando un manto de seguridad sobre los vecindarios locales, su vigilancia ha sido una fortaleza para muchos. Gracias por ser los guardianes de la paz en medio de los disturbios.
Y a los increíbles israelíes, esas personas que surgieron con alimentos, suministros y amabilidad para servir a los soldados en primera línea y a sus conciudadanos, su generosidad ha alimentado el espíritu de esta nación.
Extendemos nuestro más sincero agradecimiento a las organizaciones caritativas y a las naciones benéficas de todo el mundo. Su asistencia y solidaridad no solo han ayudado a Israel a recuperarse, sino que también han reforzado los puentes de la amistad y el apoyo internacionales.
A ustedes, nuestros socios y amigos, cuyas manos se han extendido a través de océanos y continentes, han brindado ayuda y consuelo a muchas personas heridas. Sus esfuerzos por reponer lo agotado no han pasado desapercibidos.
Por último, nuestro agradecimiento se extiende a las autoridades locales, cuyo trabajo incansable ha sido fundamental para coordinar la ayuda que fluye hacia nuestra nación.
A medida que navegamos las secuelas de la guerra y nos esforzamos por la paz, son las acciones colectivas de cada uno de ustedes las que tejen un tapiz de esperanza para nuestro futuro.
"¡Den gracias al Señor porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre!"
Salmo 107:1
Que los días venideros traigan una renovación de paz y prosperidad, y que nuestra gratitud resuene a través de las generaciones.
B'ahava (Con amor),
Barry y Batya
y el Equipo de VPI