"Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.".
Salmo 147:3
Queridos Amigos,
Cuando pensamos en los soldados de Israel, a menudo los imaginamos firmes en el frente, defendiendo nuestra patria con coraje y determinación. Pero lo que las cámaras y los titulares rara vez muestran es lo que sucede después de la batalla: cuando se quitan el uniforme, se guardan las armas y los soldados regresan a casa. Para muchos, la guerra nunca termina realmente.
El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una herida invisible, pero es tan real y devastadora como cualquier lesión física. Puede atrapar a un soldado en el pasado, repitiendo momentos de terror y pérdida, y robarle la paz en el presente. Puede destruir matrimonios, aislar amistades y, trágicamente, a veces cobrarse vidas.
Este año, la crisis se ha vuelto más urgente que nunca. La Knesset celebró recientemente una sesión especial para abordar el alarmante número de suicidios entre los soldados en servicio activo y de reserva. Detrás de cada estadística hay una historia: un hijo o hija, un cónyuge, un amigo, alguien que una vez vigiló a Israel y ahora está librando una batalla en su propia mente.
Una de esas historias es la de un joven reservista que regresó a casa de una intensa operación de combate físicamente ileso pero emocionalmente destrozado. Sus noches estaban llenas de pesadillas. Un disparo por la culata de un vehículo podría hacerle entrar en pánico. Su esposa, desesperada por ayudar, se sintió alejarse mientras él se retiraba en el silencio. Solo después de unirse a un grupo terapéutico comenzó a encontrar su voz de nuevo, y con ella, el primer rayo de esperanza.
Nosotros en Visión para Israel creemos que ningún soldado debería tener que pelear esta batalla solo. Es por eso que, a partir de este mes de septiembre, estamos lanzando una nueva iniciativa vital en asociación con una organización experimentada dedicada a ayudar a los soldados con TEPT. Juntos, ofreceremos sesiones de rehabilitación mental en nuestro Millennium Center: espacios seguros y confidenciales donde los soldados y sus seres queridos pueden comenzar el viaje de sanidad.
Estas sesiones serán estructuradas, compasivas y profundamente personales. Cada programa se desarrollará durante 4–8 reuniones, de dos horas cada una, guiadas por profesionales capacitados que se especializan en la recuperación del trauma. Es importante destacar que los soldados no recorrerán este camino solos: los cónyuges u otras personas importantes serán parte del proceso, aprendiendo a reconstruir la confianza, comunicarse a través del dolor y enfrentar el futuro juntos.
El tamaño de los grupos será pequeño, solo 10–15 participantes, lo que garantiza que cada persona sea realmente vista y escuchada. Adaptaremos habitaciones especiales en el Millennium Center para brindar calidez, privacidad y confort, creando un ambiente donde la sanidad pueda florecer.
El costo de lanzar todo este programa, que cubre a los facilitadores capacitados, la preparación de los espacios y todos los materiales, es de 60.000 shekels (aproximadamente USD 16.000). Cuando uno piensa en las vidas que se pueden salvar, las familias que se pueden restaurar y los futuros que se pueden recuperar, es un pequeño precio por un rendimiento inconmensurable.
Su apoyo puede darle a un soldado el coraje de dar ese primer paso valiente hacia la sanidad. Ustedes pueden ayudarlos a recuperar noches libres de pesadillas, reconstruir matrimonios que han sido tensados hasta el punto de quiebre y redescubrir la alegría de vivir sin miedo.
Sabemos que estos hombres y mujeres ya han pagado un alto precio por la seguridad de nuestra nación. Ahora, tenemos el privilegio y la responsabilidad de estar con ellos en su momento de necesidad. Sus donaciones, sin importar el tamaño, ayudarán a iluminar los lugares más oscuros.
Por favor, den generosamente hoy en visionforisrael.com/es/dar para que juntos podamos ser las manos del Señor para sanar a los quebrantados de corazón. No le demos la espalda a aquellos que una vez estuvieron en peligro por nuestra protección, sino más bien corramos hacia ellos con compasión y esperanza.
Que seamos hallados fieles en responder al grito silencioso de los guerreros heridos de Israel.
Con profundo agradecimiento,
Barry y Batya
